Ante víspera de alegría la que hemos vivido hoy en la Parroquia de San Agustín en Valencia, invitando a los viandantes a quedarse un rato ante la presencia de Jesús eucaristía para preparar los corazones a la venida del Hijo de Dios.

      

El Niño Dios, tan débil e indefenso tiene poder para llegar con su ternura al centro de tu corazón y transformarlo desde dentro. Así lo hemos vivido los que hemos aceptado la invitación a parar la marcha consumística que nos evuelve a todos en estos días y dejar espacio a Él, el verdadero regalo de esta fiesta. Lagrimas de alegría y paz han ocupado el lugar de la rutina y de la tristeza. ¡Gracias Jesús!

    

¡Ven pronto Señor Jesús que te esperamos!