Así fue la noche de ayer. Qué alegría ver a la gente entrando en la Iglesia del Niño en una noche tan señalada y compartiendo con nosotros momentos de fe y oración.

¡Sí! El esfuerzo ha merecido la pena. Desde Valencia y varias partes de la comunidad de Madrid se han movilizado jóvenes al centro histórico de la capital, al bullicio de la fiesta, para vivir una Vigilia de Todos los Santos diferente.

Animados por la fe en la vida eterna, esperanza inquebrantable de los cristianos, y envueltos por la fuerza del mismo Cristo que nos empuja a salir de nosotros mismos para compartir la alegría de la vida en Él, salimos a las calles.

Rostros de toda clase, ropa de todos los colores y tipos, disfraces entre los más extravagantes, este fue el escenario con el que nos topamos anoche y, sin embargo, nos encontramos con hermanos sedientos de Dios.

¡Viva Dios y viva la comunión con Todos los Santos!

¡Y la alegría sigue!