La oración es una arma poderosa. Así nos lo han testimoniado Amalia y Pablo, joven pareja de casados, que han querido poner Dios en el centro de su matrimonio.

» Desde que nos levantamos le ofrecemos la jornada, los encuentros que tenemos, el trabajo, los estudios etc. y al final caemos en la cuenta que estamos respirando a Dios.» dice Pablo que en su vida ha tenido la posibilidad de conocer a distintas formas de oración, desde la de contemplación, la de súplica hasta la de alabanza. «En la oración de alabanza – añade – experimentas la total gratuidad en la relación con Dios».

Y hablándonos de la enfermedad que lo ha afectado a pocos meses de la boda dice «Es importante ofrecer los sufrimientos a Dios, sabiendo que Él los «aprovecha» para la redención del mundo y así, cooperamos también con Él a la redención».

Durante el coma post-operatorio, luchando entre la vida y la muerte por las numerosas complicaciones que habían insurgido, recibió una oración de sanación y desde ahi empezó la mejora.  «No somos concientes del efecto que tiene la oración y el poder con el que actua Dios a través de los sacramentos» afirma con la fe transparente de un niño.

Ante la enfermedad de Pablo, Amalia asegura haber experimentado la fuerza de la oración de muchos amigos, sacerdotes, hermanos, religiosos etc. que la han sustenido en los momentos de mayor debilidad y desaliento y reconoce como Dios iba haciendo camino en el medio de la oscuridad.

«Toda esta experiencia nos ha marcado profundamente enseñandonos el abandono confiado en Dios. Aquí estamos por dar gracias al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros» destaca Amalia.

Animados por la fuerza viva de este testimonio nos hemos puesto «a la escuela de Jesús» alabando a Dios y escrutando juntos su Palabra .

Y el tiempo, pronto se acabó. Hasta la próxima, ¡no te lo pierdas! Te esperamos el 17 de diciembre.