Ayer, sábado 23 de febrero, en la capilla de la Catedral de la Almudena de Madrid, Jesús tocó con su Amor los corazones de quienes se acercaron a Él con peticiones, esperanzas, dolores, miedos y sueños. Escuchó las oraciones de cada persona y donó un rato de descanso y paz en medio de la frenesí de la ciudad que todo lo ofrece excepto silencio y serenidad.